Un clásico que nunca pasa de moda
Madrid está repleto de salones de belleza y peluquerías con promesas de transformación total. Pero hay uno que, década tras década, sigue encabezando la lista de favoritos de celebrities, editoras de moda y clientas fieles: el Salón Cheska. ¿Su secreto? No hay uno solo, y eso es precisamente lo que lo convierte en un verdadero templo del cabello.
Ubicado en pleno centro del barrio de Salamanca, Cheska lleva más de 40 años marcando tendencia sin perder su esencia. Yo misma lo descubrí hace unos años, en plena búsqueda de una melena sana, natural y con movimiento. Desde entonces, es uno de esos lugares a los que vuelvo siempre que quiero confiar mi pelo a manos expertas.
Una historia familiar con alma de moda
Cheska no nació ayer. Fue fundado por Cheska Lladó, toda una pionera en el mundo de la peluquería en España. Hoy está en manos de su hija, María Baras, una profesional con una visión clara: fusionar técnica y estilo con un enfoque completamente personalizado. María no solo dirige el salón, también es conocida por su trabajo en televisión, revistas y backstage de fashion weeks. No es raro ver cómo transforma a una novia un viernes por la mañana y el lunes asesora a modelos para una campaña de moda.
Este equilibrio entre la peluquería de autor y el servicio cercano hace que sus clientas —desde mujeres anónimas hasta actrices como Paula Echevarría o influencers como María Pombo— vuelvan una y otra vez. Porque en Cheska no se trata solo de salir con el pelo bonito. Se trata de que salgas sintiéndote tú, pero mejor.
La técnica ante todo: el corte y el color
Uno de los mayores atractivos de Cheska es su enfoque técnico. Olvídate de improvisaciones o modas pasajeras aplicadas sin reflexión. Aquí cada corte está milimetrado, pensado para tu tipo de rostro, textura de cabello y estilo de vida.
He probado cortarme el pelo en muchísimos sitios, pero la primera vez que María me hizo un long bob con capas invisibles fue revelador. No solo duró más tiempo en forma, sino que crecía bonito, sin perder estructura. Y eso, créeme, no es fácil de conseguir.
En cuanto al color, trabajan con técnicas de mechas como:
- Balayage natural: perfecta si buscas efecto sol sin parecer teñida.
- Babylights personalizadas: para iluminar sin agredir, ideales para melenas finas o dañadas.
- Gloss de brillo y matices: ese detalle que marca la diferencia entre un color sencillo y uno sofisticado.
Además, se toman el tiempo que necesites para hablar, analizar el estado de tu pelo y enseñarte a cuidarlo en casa. Salir con un plan de mantenimiento personalizado bajo el brazo no es algo habitual, pero en Cheska es lo normal.
Peinados de alfombra roja… y del día a día
Si hay algo por lo que Cheska es conocido en el mundo beauty, es por sus peinados. No importa si vas a una boda, un bautizo o simplemente quieres algo más especial para el finde: su equipo domina recogidos, ondas, coletas pulidas o messy con impecable precisión. Y lo mejor es que lo hacen sin exagerar. Aquí lo sofisticado no es sinónimo de recargado.
Yo fui una vez con una foto de Pinterest, esperando una coleta alta con ondas y movimiento. En lugar de replicarla tal cual, me preguntaron: “¿Tienes el pelo fino o grueso? ¿Te gusta llevar raya en medio o al lado?” Y ajustaron el peinado a mi realidad. El resultado fue mucho mejor que la foto original. Natural, favorecedor y que me duró intacto toda la noche.
Así trabajan siempre: adaptando las tendencias a ti, no al revés.
El salón: una experiencia sensorial
Entrar en el Salón Cheska es desconectar del caos de Madrid. Luz natural, música suave, espacios amplios y un aroma a productos capilares premium que te envuelve desde el primer paso. No hay prisas ni sensación de “fábrica de pelos”: aquí todo fluye con calma, pero con eficacia.
El equipo es profesional, pero también cercano. No hay postureo ni discursos vacíos. Charlas de tratamientos mientras te aplican una ampolla regeneradora, consejos reales mientras te cortan el flequillo… Incluso he salido de allí con tips sobre cómo usar mejor mi secador en casa, algo que jamás me habían explicado en otros sitios.
Y si eres fan del contenido beauty en redes, su Instagram @saloncheska es oro puro: tutoriales, casos reales y mucha inspiración para mantener tu melena siempre a punto.
Especial mención: los tratamientos estrella
Cheska no es solo corte y color. Su carta de tratamientos capilares es de lo más completa. Algunos clásicos imprescindibles son:
- Tratamiento de hidratación profunda: ideal para recuperar melena tras el verano o tratamientos agresivos.
- Regeneradores con proteínas: si notas el pelo débil, quebradizo o sin vida, este es tu salvavidas.
- Alisado con keratina personalizado: perfecto si deseas controlar el encrespamiento sin perder movimiento natural. No hay efecto tabla, palabra.
Lo mejor es que no “colocan” tratamientos al azar. Te analizan el cabello, te preguntan tus rutinas y recomiendan solo lo necesario. Y si no lo necesitas, también te lo dicen. Así de claro.
Por qué sigue siendo el mejor
Lo que diferencia a Salón Cheska no es solo su historia o sus clientas famosas. Es el equilibrio entre profesionalidad y cercanía, entre vanguardia y esencia. Aquí no sientes que estás en una cadena más. Sientes que estás en un sitio donde tu pelo importa.
En un mundo donde las tendencias cambian cada semana y los “cambios de look radicales” están a la orden del día, encontrar un lugar que entienda qué te favorece y se tome el tiempo de cuidarte… es un lujo muy necesario.
¿Buscas una melena que hable por ti sin necesidad de filtros? Cheska es ese lugar donde el cabello se cuida, se respeta y se convierte en tu mejor carta de presentación.
Tips prácticos antes de tu visita
Si estás pensando en pedir cita en Cheska, aquí van algunos consejos (experiencia propia):
- Ve con tiempo: la experiencia merece la calma. Evita prisas.
- Lleva fotos de inspiración: aunque luego las ajusten a ti, ayuda a entender lo que deseas.
- Pregunta sin miedo: son transparentes, sinceros y nada condescendientes.
- No te cortes en decir lo que no te gusta: no se ofenden, lo aprecian. Quieren que salgas contenta.
- Confía: Aunque te propongan algo diferente a lo que tenías en mente, su experiencia habla por sí sola.
Y si te animas a probarlo, prepárate: puede que te unas al club de fans de Cheska sin remedio. Yo ya estoy dentro… y felizmente, no quiero salir.