¿Piel sensible y sol? Sí, es posible con Frezyderm
Soy de las que tiene la piel clara, reactiva, con tendencia a enrojecerse al menor rayito de sol. Y como muchas de vosotras, durante años me costó encontrar un protector solar que no dejara mi rostro graso, no me picara los ojos y que, sobre todo, protegiera de verdad. Así descubrí Frezyderm Sun Screen Velvet. Y debo decirlo claro: este protector solar ha cambiado mi relación con el sol.
Hoy te cuento por qué se ha convertido en un indispensable en mi rutina y cómo puede convertirse también en el gran aliado de tu piel, especialmente si es sensible.
¿Qué es Frezyderm Sun Screen y qué lo hace diferente?
Frezyderm es una marca dermocosmética griega especializada en productos cuidadosamente formulados para pieles exigentes. El protector solar Frezyderm Sun Screen Velvet, que es el más conocido de la marca, destaca sobre todo por su textura sedosa y efecto invisible que lo hace ideal incluso como base de maquillaje.
Pero el verdadero motivo por el que llama la atención es su tecnología innovadora Second Skin, que forma una película fina, imperceptible, sobre la piel, actuando casi como una segunda piel y garantizando una protección uniforme.
Y una de sus mayores fortalezas: no contiene perfumes, parabenos ni otros irritantes comunes. Resultado: menos riesgo de reacciones, rojeces o picores, incluso en pieles hipersensibles como la mía.
Las pieles sensibles necesitan más
No nos vale cualquier SPF. Las pieles sensibles reaccionan fácilmente al sol (sí, incluso en primavera o bajo nubes), pero también a los componentes de muchos productos solares: fragancias, filtros químicos agresivos, alcohol…
Frezyderm entiende esto perfectamente y ofrece:
- Filtros de amplio espectro UVA y UVB: protege frente a quemaduras y envejecimiento prematuro.
- Textura oil-free y no comedogénica: ideal si también tienes piel mixta o con tendencia acneica.
- Aptos para pieles atópicas y con rosácea: una gran ventaja si ya sufres condiciones dermatológicas.
- No pica en los ojos: sí, ese drama matutino se acabó.
Mi experiencia: de escéptica a fiel usuaria
Cuando probé Frezyderm, lo confieso, no esperaba gran cosa. Ya había probado protectores “para piel sensible” que luego me sacaban granitos o me dejaban una película blanca tipo fantasma. Pero este producto me sorprendió desde la primera aplicación.
Lo primero que noté fue la textura. Se desliza como una base de maquillaje fluida, se absorbe en segundos y deja la piel uniforme, suave y sin ese acabado pastoso típico de muchos protectores solares altos en SPF. Lo apliqué antes de salir a caminar un día soleado. Al volver, cero rojeces, cero ardor. Al día siguiente, similar. Y así una semana. Después un mes. Hasta que se volvió parte fija de mi neceser.
¿El plus? He notado que al usarlo bajo el maquillaje, actúa casi como un primer: alisa, matifica levemente y el fondo de maquillaje se fija mejor.
¿Cuál elegir? Los diferentes tipos de Frezyderm Sun Screen
La marca no tiene un solo producto, sino varios con formulaciones específicas. Aquí va un resumen de algunos de los más buscados:
- Frezyderm Sun Screen Velvet Face SPF 50+: la opción clásica rostro, ideal para uso diario urbano. Acabado invisible, mate y protección muy alta.
- Frezyderm Sun Screen Velvet Face Color SPF 50+: igual que el anterior, pero con color. Ideal si quieres unificar el tono y evitar usar base.
- Frezyderm Sun Screen Velvet Body SPF 50+: para todo el cuerpo, con la misma textura ligera y sin manchas en la ropa.
- Frezyderm Kids Sun Care SPF 50+: formulado para la piel ultrasensible de los niños, también ideal para adultos con piel muy reactiva o que busquen una fórmula minimalista.
Preguntas frecuentes (que yo también me hice en su día)
¿Funciona bajo el maquillaje? Sí, perfectamente. Como mencioné, hace las veces de primer. No interfiere con correctores ni bases líquidas.
¿Deja brillos? No. Es uno de los pocos protectores solares con alta protección que deja un acabado mate real. Ni satinado. Ni húmedo. Mate.
¿Es resistente al agua? Resiste al agua, pero si vas a sudar mucho o nadar, mejor reaplicar. Como siempre.
¿Sirve también para pieles grasas? Sí. Su formato gel-velvet oil-free es perfecto. No obstruye poros ni genera más sebo.
¿Tiene perfume? No. Punto positivo clave para las pieles reactivas.
¿Se puede usar todo el año? Absolutamente sí. De hecho, es recomendable. Los rayos UVA están presentes incluso los días nublados y pueden generar manchas y envejecimiento prematuro. Este protector es tan cómodo que no molesta llevarlo cada día.
¿Dónde se compra y cuánto cuesta?
Frezyderm no siempre se encuentra en perfumerías tradicionales, pero es muy fácil de encontrar online o en farmacias especializadas. El precio varía según el formato y el sitio, pero puedes esperar pagar entre 18 y 25 euros por un envase de 50 ml que, cunde bastante.
Mi truco: lo compro doble una vez al año cuando hay promociones online (a menudo en primavera o Black Friday). Así tengo protección para todo el año sin preocuparme del stock.
Consejos extra para potenciar su efecto
Usar un buen protector solar es un gran paso, pero hay maneras de mejorar aún más la protección:
- Aplica generosamente: dos dedos de producto para el rostro es la cantidad recomendada.
- Reaplica cada 2 horas si estás expuesta al sol directo o sudando.
- Complementa con sombrero o gafas en las horas de mayor intensidad solar.
- No olvides cuello, orejas y escote: zonas olvidadas que también envejecen si no las protegemos.
¿Vale la pena el hype? Sí, y esto es por qué
Frezyderm no es el protector solar más publicitado ni el más « trendy », pero quienes lo conocen, repiten. No es solo el marketing lo que lo sostiene, sino sus resultados reales, sobre todo en pieles que no toleran cualquier producto.
En mi caso, es el primer protector que no me da sensación de querer quitármelo al rato. No tira, no satura, no me hace sudar extra. Solo protege, con discreción y eficacia. Así debería ser siempre. Y si una fórmula lo consigue, se merece estar en tu neceser también.
¿Tienes tú también una piel que reacciona con todo? Te invito a probar Frezyderm. Porque cuidar la piel no es negociable, y menos cuando el sol no da tregua.
